Falsos profetas y falsos maestros[a]
(Jud 3-16)
Hubo también falsos profetas entre el pueblo,[b] como habrá entre vosotros falsos maestros que introducirán encubiertamente herejías destructoras y hasta negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.
2Pe 2:2 Y muchos seguirán su libertinaje, y por causa de ellos, el camino de la verdad será blasfemado.[c]
2Pe 2:3 Llevados por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya hace tiempo la condenación los amenaza y la perdición los espera.
2Pe 2:4 Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que los arrojó al infierno y los entregó a prisiones de oscuridad, donde están reservados para el juicio.[d]
2Pe 2:5 Tampoco perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, y trajo el diluvio sobre el mundo de los impíos.[e]
2Pe 2:6 También condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente.[f]
2Pe 2:7 Pero libró al justo Lot, abrumado por la conducta pervertida de los malvados,[g]
2Pe 2:8 (pues este justo, que habitaba entre ellos, afligía cada día su alma justa viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos).
2Pe 2:9 El Señor sabe librar de tentación a los piadosos,[h] y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio;
2Pe 2:10 y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en placeres e inmundicia, y desprecian el señorío.[i] Atrevidos y obstinados, no temen decir mal de los poderes superiores,
2Pe 2:11 mientras que los ángeles, que son mayores en fuerza y en poder, no pronuncian juicio de maldición contra ellos delante del Señor.[j]
2Pe 2:12 Esos hombres, hablando mal de cosas que no entienden, como animales irracionales nacidos para presa y destrucción, perecerán en su propia perdición,[k]
2Pe 2:13 recibiendo la recompensa de su injusticia, ya que tienen por delicia el gozar de deleites cada día. Estos son inmundicias y manchas, quienes aun mientras comen con vosotros[l] se recrean en sus errores.
2Pe 2:14 Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia y son hijos de maldición.
2Pe 2:15 Han dejado el camino recto y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor,[m] el cual amó el premio de la maldad
2Pe 2:16 y fue reprendido por su iniquidad, pues una muda bestia de carga, hablando con voz de hombre, refrenó la locura del profeta.[n]
2Pe 2:17 Esos hombres son fuentes sin agua y nubes empujadas por la tormenta, para quienes la más densa oscuridad está reservada para siempre.[ñ]
2Pe 2:18 Hablando palabras infladas y vanas, seducen con pasiones de la carne y vicios a los que verdaderamente[o] habían huido de los que viven en error.
2Pe 2:19 Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción,[p] pues el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció.[q]
2Pe 2:20 Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su último estado viene a ser peor que el primero.[r]
2Pe 2:21 Mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia que, después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado.
2Pe 2:22 Pero les ha acontecido lo que con verdad dice el proverbio: «El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno».[s]
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